sábado, 29 de octubre de 2011

Estrategias para favorecer el proceso de lecto escritura a través del trabajo cooperativo entre el aula y el hogar.



Lectura y escritura en Preescolar


Para poder reconocer cuál es el camino por el que se guiará mi investigación existen conceptos que deben clarificarse, reconocer que es lo que sé, lo que creo y que realmente apoya el trabajo en el aula, pues en este momento, mis creencias sobre lo que es leer y escribir en preescolar se anteponen a la realidad, de acuerdo a mi formación docente estas tareas competían únicamente al nivel de educación primaria, serian estas maestras las encargadas de enseñar formalmente la escritura, mi tarea principal era fomentar en los niños competencias que les permitieran comunicarse oralmente:
“… es necesario destacar que en la educación preescolar no se trata de que las educadoras tengan la responsabilidad de enseñar a leer y a escribir a sus alumnos de manera convencional, por ello no se sugiere un trabajo basado en ningún método para enseñar a leer y escribir”. [i]
            Aunque este plan si habla de la importancia de familiarizar a los pequeños con diversos portadores de textos para reconocer y saber cuál es su función, generalmente la forma en que el lenguaje escrito era abordado en mi aula, no se basaba en la compresión real de lo escrito en cada cuento o la importancia que radica en que los pequeños produzcan para expresarse, sino en la comprensión de algunas de las características y funciones.


[i] Programa de Educación Preescolar 2004. Pp. 61.

jueves, 20 de octubre de 2011

El incio de la investigación.

Era marzo y yo llegaba al Jardín de Niños “Horacio Zúñiga”, en la comunidad de San Bartolomé Tlaltelulco, en el municipio de Metepec, a simple vista se observan diversos hornos de tabique rojo, por las calles se estacionan grandes camiones para transportar el tabique que es la actividad económica que impera en el pueblo.

Observo a los niños caminar delante o detrás de sus madres, poco de ellos van a su lado o mantienen algún tipo de conversación con ellos, cerca de las 8:30 los niños comienzan a llegar a la escuela, se agrupan fuera de ella y muchas veces aprovechan para comprar sus desayunos y refrigerios, en punto de las 8:45, se abren las puertas de Jardín para que los niños entren. A pesar de lo avanzado que esta el ciclo escolar aún hay niños que lloran y se niegan a avanzar para ir a sus salones, ¿Qué le pasara a esos niños?, ¿ya concluyeron su periodo de adaptación?

Me dirijo a la dirección, en donde aún no saben que tengo que hacer, pues la docente que llegue a cubrir no aviso que se iba de la escuela, me entregan el salón y me dan la indicación de que mi grupo baila hoy en  la ceremonia, aunque no se nada del baile tengo que dirigirlos, ¿Cómo hacerlo?, pese a que me siento emocionada por ver que el salón es espacioso y tiene diversos materiales y muchos letreros en las paredes, sé que hay algo que no está bien, ya son cerca de las 9:00 y solo hay cuatro niños en mi aula, me dirijo a ellos y le pregunto, ¿Por qué tienen esos letreros ahí? – Los puso nuestra maestra – me responden. ¿Pero qué quieren decir? – No sabemos – dice que son unas rimas. – me responde la primer niña que parece ser amable conmigo.

Espero que los demás niños entren al salón, pero algo está pasando, en eso momento llega la subdirectora a platicar con los padres, que se niegan rotundamente a dejar que sus hijos pasen al grupo, pues no era lógico que alguien de mi edad fuera educadora, además de haber ocasionado el despido que la otra maestra. A partir de ese momento me doy cuenta que la situación en el grupo y por ende con la comunidad no será sencilla.

Los padres manifiestan que los niños ya son muy adelantados, que no tengo la experiencia para atenderlos y que no era justo que la otra docente se hubiera ido, menos que la corrieran por el dinero que ellos no quisieron cooperar, mi mente vuela ¿la corrieron?, ¿Qué dinero?, ¿Hay razón para que peleen tanto?, ¿Qué significa adelantados?

Una de las madres dice: “los niños ya saben escribir palabras, ¿Qué les va a enseñar usted?”, escucho con atención: “ya saben escribir palabras”, se referirá a escribir: como “Representar palabras, ideas o sonidos por signos convencionales”[i], comprendiendo que esta tarea es mucho más que solo copiar las letras.

Desde ese día hasta el fin de ciclo, me di cuenta que la concepción que cada padre de familia tenía sobre el proceso de lecto – escritura, así como su funcionalidad era completamente diferente, la manera en que se expresaban me hacía entender que la tarea como docente que en ese momento se me presentaba era complicada.

La organización del Jardín de Niños, es uno de los principales obstáculos que se presentan para favorecer este proceso, pues además de tener un gran número de alumnos y docentes, las concepciones que cada una de ellas tiene sobre el preescolar varían considerablemente. Hay actualmente once grupos, uno de primero, cuatro de segundo y seis de primero, consideraron ampliar los grupos de tercero para dar una “mejor atención” a los pequeños, pues de acuerdo a los estándares de lenguaje y comunicación y la interpretación que en consejo técnico se dio a estos, es imperante apoyar a los pequeños porque “ya se van a la primaria y tienen que leer rápido”[ii], para mi resulto complicado analizar esta información, pues de acuerdo a mi experiencia y a las entrevistas que en el ciclo escolar 2010 – 2011, todas las docentes manifestaban que no era tarea del preescolar, enseñar a leer y escribir.

De acuerdo a la interpretación que le daban al siguiente texto: Como prioridad en la educación preescolar, el uso del lenguaje para favorecer las competencias comunicativas en los niños debe estar presente como parte del trabajo específico e intencionado en este campo formativo, pero también en todas las actividades escolares.[iii] Las docentes consideraban que la prioridad era el lenguaje oral y aunque en ningún momento lo manifiesta de manera textual, pues se entiende que el lenguaje es oral y escrito, sólo se enfocaban en que los niños pudieran hablar entre ellos y frente a un micrófono.

Una vez planteados los puntos de vista de mis compañeras, entreviste directamente a los padres, ¿Qué era lo que esperaban del preescolar?, la respuesta fue avasallante: “Los papeles de los niños, se los piden para meterlos a la primaria”. Era interesante observar cómo es que los padres de familia concebían a la educación preescolar, pero sobre todo al Jardín de Niños al que asistían sus hijos, “aquí no les enseñan nada, en el otro de Bonanza si saben leer y escribir”, me comento una madre de familia.

Casi finalizaba el ciclo escolar, cuando en el Jardín de Niños comenzaron a pedir una serie de documentos oficiales y administrativos, así como el cambio de salón me impidieron seguir con el proyecto de investigación que me permitiera favorecer el proceso de lecto – escritura.

Comenzando el ciclo escolar 2011 – 2012, observe que los padres de familia de los niños con los que iba a trabajar tenían la misma inquietud por la tarea del preescolar al preguntar: ¿Qué espera que su hijo aprenda en el preescolar? – Lo básico para leer y escribir – me respondieron.

Una vez organizado el nuevo grupo escolar, pude observar que este se compone de 27 alumnos, 13 hombres y 14 mujeres con edades que oscilan entre los 4 y 5 años, por su estatura y peso, podría considerarse que son niños sanos, pero la mayoría no consume el desayuno y tienen serios problemas bucales, los padres de familia muestran muy poco interés por los aspectos de salud de sus pequeños, pero son exigentes a la hora de considerar que la responsabilidad es de otros.

La mayoría de los padres son empleados en las tabiqueras, que en el pueblo hay, pues la principal fuente de empleo es esta, los niños acompañan a sus padres a observarlos trabajar desde pequeños e incluso muchas hora de juego las sustituyen por ir a verlos. Generalmente los padres comenzaron a trabajar formalmente desde la secundaria, por lo cual muchos de ellos no concluyeron sus estudios o los truncaron.

Las madres de familia se ocupan principalmente del hogar, muy pocas son empleadas formalmente, podría considerarse que debido a que ellas permanecen en el hogar los niños estarían atendidos y cumplirían con tareas y materiales, pero muchos de ellos no las realizan y las madres ponen diversos pretextos para justificar su incumplimiento.

Ante esto me fue necesario considerar que uno de los principales problemas por el cual no se logra cumplir con la tarea de originar en los pequeños la inquietud de leer y escribir, así como fomentar el gusto por esto, pues aunque una de las principales demandas de ellos es que lean y escriban, realmente en los hogares de los pequeños no se gesta un ambiente alfabetizador, pues aunque la mayoría de las referencias que se da de este es del aula, los padres influyen de manera constante en la consideración de este ambiente que se desarrolla en tres momentos según Miriam Nemirovsky:

La primera condición mínima es la interacción que debe darse entre el niño que aprende y otros sujetos lectores, ya que, dice la autora, “es a través de quienes utilizan habitualmente la lectura y la escritura que el sujeto va descubriendo el sentido que tienen dichas acciones, para qué y por qué se realizan”.

Como segunda condición manifiesta: la necesaria interacción con los textos, ¿Cómo es posible que el niño lea, sino conoce un texto como tal?, lejos de seguir considerando a los cuentos infantiles como la única literatura que puede acercarse a los pequeños en edad preescolar. Y como condición tercera: es la de contar con espacios y tiempo para la lectura. Que no sean –dice Nemirovsky- “breves momentos esporádicos, casuales y puntuales, sino oportunidades regulares y duraderas”. En otras palabras, hacer de la práctica de la lectura y la escritura un hábito[iv].

Aunque existen diversos documentos que ayudan a la docente a organizar su aula como un ambiente alfabetizador, es importante reconocer que el hogar y los padres de familia como principal nicho de desarrollo, definido como: el entorno físico, afectivo y social en el cual el niño se desarrolla. Carece de esta organización y por ende de reconocer la importancia que juegan como gestores del conocimiento de sus hijos.

¿Pero cómo reconocer cuales son las competencias cognitivas que los niños poseen?, ¿Cómo establecer si los pequeños están listos o no para aprender a leer y escribir?, existen diversos autores que apoyan para reconocer cuales con las características que los niños poseen o debieran poseer a cierta edad.

El desarrollo físico en la edad preescolar representa una época de diversos cambios en el niño, establece su esquema corporal y reconoce algunas de las funciones que desempeña su cuerpo; para poder entender que es lo que hacen y pueden hacer los niños; establecí cuáles son las principales características de su desarrollo.

El ser humano posee el cerebro más grande de todos los mamíferos, pues realiza funciones que en ningún otro ser existen, con él se conforma el sistema nervioso central que controla casi todos los aspectos de la vida humana, contiene miles de millones de neuronas, las cuales se forman en los primeros cinco meses de gestación y entre ellas se produce la sinapsis, en donde las neuronas liberan los neurotransmisores, que atraviesan los huecos entre las neuronas para poder comunicarse.

Desde el nacimiento el desarrollo del cerebro sufre dos cambios importantes, el primero el aumento de número y longitud de las fibras nerviosas que conectan las neuronas y las células nerviosas, el segundo cambio es el proceso de mielinización, en el cual las neuronas y las dentritas se recubren con una sustancia denominada mielina, estos cambios comienzan en edad temprana y continúan hasta la adolescencia.

Una característica importante del cerebro en edad temprana es la plasticidad pues tiene la capacidad de cambiar funciones correspondientes a cada hemisferio, sin embargo al pasar el tiempo esta capacidad se va reduciendo. En la edad preescolar la lateralización (especialización de cada hemisferio) se comienza a definir, pues se hace uso más frecuente de alguno de los lados (derecho o izquierdo).

El desarrollo visual comienza desde que el ser humano nace, aunque la nitidez con la que ve las cosas no es igual a la de un adulto, son incapaces de ver más lejos de siete u ocho pulgadas, la percepción de la profundidad comienza a los seis meses, al comenzar a desplazarse por su cuenta. En la edad preescolar los pequeños tienen definida la visión y pueden reconocer rostros, responden a los estímulos del entorno y pueden concentrarse en aspectos específicos de los objetos que mirar, este sentido es muy importante para desarrollar la observación (aunque no el único), depende en gran medida lo que los niños perciban para poder establecer categorías, referencias y descripciones.

A diferencia de la percepción visual, desde el nacimiento la percepción auditiva es más clara pues los pequeños reconocen voces familiares y tienden a responder a los estímulos del entorno, voltean hacia el lugar de donde surgen estos, este sentido es muy importante en el desarrollo de los pequeños, pues a través de él pueden aprender su lenguaje, a comprender lo que los demás dicen y que es lo que significa Mauer y Maurer 1988; citados en Meece, Judith, 2001[v], exponen que “la percepción auditiva se desarrolla rápidamente en la infancia, pero alcanza los niveles de adultos en los años de primaria”, a partir del desarrollo de este se establecen las premisas para el desarrollo lingüístico, la expresión oral y el lenguaje escrito.

Es necesario reconocer que a partir de la escucha, los niños reconocen cuál es su  lengua materna, pues sin importar el origen o raza que tengan poseen la capacidad de aprender cualquier idioma con el que se relacione; sin duda el lenguaje que exista en su casa, le permitirá o no, acercarse a el uso de diversos términos, de un sin número de ideas, para proporcionar y obtener la información que el necesita para seguir aprendiendo, pero ¿Qué sucede en los hogares que son poco alfabetizados?, ¿Cómo puede un padre ayudar a su hijo, cuando apenas y alcanza a interpretar algunas de las letras que observa?.

Después de analizar la información que existen sobre la situación que existe en la comunidad, la realidad de mi grupo y la información que tengo sobre las características generales del desarrollo infantil, es necesario reflexionar sobre mi práctica docente.

La reflexión que realizo para reconocer que es lo que sucede en mi grupo, la realizo generalmente: antes (en la planeación de los actividades), durante (en la aplicación de la situación didáctica) y después (en el registro de mi diario y la evaluación de la situación) de cada una de mis intervenciones didácticas.

Desde que llegue al Jardín de Niños “Horacio Zúñiga”, me percate que pese a ser una institución con gran demanda, no contaba con los recursos necesarios para desarrollar cierto tipo de actividades, las docentes se concentraban en pedir materiales de papelería, pero carecían de otros elemento tecnológicos. Acostumbrada a realizar presentaciones para exponer mi clase o motivar el inicio de una situación con alguna película, video, cortometraje, me vi en la necesidad de adecuar mi intervención a la realidad que ahora enfrentaba.

En algún momento decidí dejar a los padres investigar con sus hijos, para poder establecer ese tipo de comunicación y debo reconocer que no funciono, pues los padres acudían a los ciber – café para imprimir lo que “la maestra quería”, pero no existía una reflexión en ellos, como siguiente paso opte por pedir material que los pequeños debían tener, para evitar que incumplieran con lo requerido: el libro de texto de preescolar, de “materiales, actividades y juego educativos” y sorprendentemente muchos de los padres lo habían utilizado para recortar y apoyar las tareas de sus hijos de las primarias, observe que los padres desconocían el uso de este y por eso ignoraban el uso que debía existir para él.

Mi última opción fue elaborar los materiales y llevar las investigaciones al grupo, para poder trabajar, sin embargo considero que esa no es la opción que me permitirá desarrollar en los niños las competencias de lectura y escritura que necesiten, pues lo único que realizo es evitar que los padres se conflictuen y les evito responsabilidades.

Considero que mi práctica docente debe versar  en la capacidad de plantear situaciones que impliquen el trabajo de los padres de familia, así como el análisis de las problemáticas que sus hijos enfrentan y la búsqueda de las soluciones, para poder favorecer en los pequeños las competencias necesarias para favorecer el aprender a leer y escribir en el preescolar.

Para esto como propuesta de investigación – acción, elaborare diversas situaciones didácticas que me permitan acercar a los niños a un ambiente alfabetizador, comenzando por su hogar, para poder reproducirlo en su hogar.

Una situación didáctica, desde el PEP 2004 se manifiesta “como un conjunto de actividades articuladas que implican relaciones entre los niños, los contenidos y la maestra, con la finalidad de construir aprendizajes” (SEP, 2004:121), con el fin de enseñar a los pequeños de manera novedosa e interesante, parten de un diagnóstico y de los intereses de los pequeños, son sin duda la parte medular de la intervención educativa, pues sin ellas no se podría trabajar con un propósito real.



Debe ser interesante para los pequeños y su duración depende del interés que tengan en esta y del desarrollo de las actividades, debe tener un inicio para convocar a los pequeños a su participación en este se conocen las ideas previas de lo que se va a tratar, las propuestas de los pequeños para llevarla a cabo, continúan con el desarrollo para llevar a cabo las actividades propuestas por los niños, aquí se pueden modificar algunas de las secuencias, sin perder de vista el propósito, para que los pequeños continúen con el interés de esta  y un cierre  en donde se evalúa el trabajo de los pequeños y el de la docente. Los pequeños dan cuenta si en verdad realizamos las actividades propuestas, se asume si llegaron a aprender de acuerdo a la situación plateada, se evalúa de acuerdo a los criterios planteados en el inicio para ver si se logró cumplir el propósito.

Para la planeación de una situación didáctica se debe tomar en cuenta una modalidad de intervención pedagógica las cuales son: los centros de interés son temas que se relacionan con aspectos importantes  de la vida del niño: su familia, la localidad, sus intereses, y tienen gran significado para él. En torno a estos temas que surgen, la construcción de ciertas competencias señaladas como aprendizajes esperados.

Ante esto elaborare las propuestas que me permitan trabajar en el grupo y con los padres de familia.



[i] http://www.definicionabc.com/comunicacion/escribir.php
[ii] Diario de la educadora.
[iii] Programa de Educación Preescolar 2004, pp. 62.
[v] Meece Judith L. (2001). Desarrollo del niño y del adolescente. Compendio para educadores. México.