El ejercicio de la escritura


La Doctora Emilia Ferreiro en una de las entrevistas que Rosa María Torres le hizo comenta que la práctica de enseñar a escribir en la actualidad sigue tal cual hace siglos en la antigua Mesopotamia, pues en las aulas muchas veces nos concentramos en formar técnicos copista:  Eso sigue tal cual, como si no hubiera pasado nada, como si la imprenta o el fotocopiado no se hubieran inventado, y aunque la materia "caligrafía" prácticamente está ausente en los programas, la idea que subsiste detrás de la caligrafía no se ha desacreditado, aún está vigente.[i]



            ¿Qué sentido tiene entonces que en el preescolar se considere enseñar la escritura de una manera formal, sino existe una verdadera utilidad en un contexto real?, sin olvidar lo que marca el Programa de educación Preescolar PEP 2011, en la vida real de las escuelas se conoce el sentido formativo de la enseñanza de la escritura y la lectura, ¿Qué es lo que realmente esperamos de los pequeños?



            El aprendizaje que se gesta en el aula, en ocasiones se ve separado de la realidad en sus hogares, desde el momento en que se genera una situación didáctica en la que la responsable de decidir, qué se trabajara y cómo se trabajara cierto tema, no necesariamente corresponde a los intereses de los pequeños o a lo que ellos conocen o saben previamente, además influye la forma y organización de vida y tiempo que exista en cada familia; puedo pedir que investiguen algún concepto que generalmente no se utiliza entonces al momento de rescatar las ideas de los pequeños me encuentro con mi propia creencia:



Es como si todavía creyéramos que todo pasa por transmisión oral. El maestro tiene que hablar, explicar, y los niños tienen que escuchar, atender, repetir, conservar. Se supone que así funcionan las culturas de tradición oral.



            Analizo que mi práctica versa más en lo que es una tradición oral que en el recurso escrito que puede significar un aprendizaje para los pequeños, ya que generalmente suelo presentar cada nueva situación didáctica, platicándole a los pequeños, sobre lo que haremos, pero no necesariamente desde la lectura de algún texto, para mostrarles una de las funciones que tiene el aprender a leer.  En ocasiones la tradición oral que existen en el ambiente escolar, las ideas que se transmiten de una educadora a otra o las fórmulas mágicas para enseñar algo a los pequeños es lo que impacta y orienta mi actuar docente.



            Sin embargo y lejos de anteponer mis intereses debo concluir que un ambiente alfabetizador para potenciar el desarrollo de los pequeños debe contar con el trabajo cooperativo entre la docente de grupo y los padres de familia, pues de esta manera el trabajo que me proponga en el Jardín se verá reforzado en sus hogares, pero sobre todo los pequeños encontraran que este no sólo se vive en la escuela, sino se encontrara una función real de lo que esto significa, ya que los padres junto con los niños descubrir que leer y escribir no solo se trata de una función mecánica, sino de la capacidad de compartir y aprender.



[i] http://www.fronesis.org/documentos/entrevista-emilia-ferreiro-1999.pdf